viernes, 12 de marzo de 2010

Día 14. Forlac (FRA) - Tarbes (FRA)

El sol ilumina las Cevennes y el Mont Lozère y nosotros nos preparamos para otra etapa más. y otra etapa menos. Esta es la última jornada en tándem. Nos acercamos a los Pirineos y una vez pasados estos cada uno tomará su rumbo.

El desayuno está al nivel de la cena de ayer. El gato nos observa de reojo, tomando el sol en una estantería.
Ya al salir del hotel empiezan las curvas. El día empieza con las Gorgues du Tarn, que serpentean cruzando la región de Les Cevennes, una parte del Massif Central. Es una zona que vale la pena recorrer a pie, en moto, en coche... tanto da como.

En todo este tramo vemos multitud de instalaciones para la práctica del rafting, kayak y una versión francesa del tubbing. También hay varios campings. En verano esto debe estar muy lleno. Aun y con eso creo que valdría la pena darse una vuelta en verano y darse un buen chapuzón.

Vemos también algún que otro pueblo pintoresco, como Sainte Énimie, Saint Chély, la Malène. En Saint Chély hay una pared formidable y la relación del pueblo con el río es digna e ver.

Tras un buen rato llegamos al final de las Gorgues de Tarn, la carretera se ensancha y el asfalto deja atrás las irregularidads, aunque por desgracia también las curvas. A partir de aquí todo será más aburrido.

Un punto de visita importante es el viaducto de Millau. Es el puente más alto de toda Europa. Son 343 metros de alto y tiene una longitud de casi 2,5Km. La tentación de pasar por el existe, aunque lo recomendable es pasarlo por debajo. En el viaducto no hay donde parar para admirar la vista y además no hay tampoconada que ver, pues por seguridad los laterales están tapados.
En cambio debajo hay un pequeño museo donde explican el proyecto y desde donde impresiona observar la estructura. es tan grande que si no tienes con qué comparar no te haces una idea real de la escala.


Los siguientes kms son una sucesión de rectas y la exportación francesa más famosa después de los croissants: las rotondas.

Uno tras otro cruzamos también pequeños pueblos, con aspecto más bien tristón o melancólico.
Lo único destacable de esta fase son los kms que hicimos tras un trailer murciano que salía de las curvas derrapando y al que no teníamos vamor de intentar adelantar y una rapaz enorme que volaba con el piloto automático a los mandos y que por poco nos atropella (ella a nosotros, de eso no hay duda).
En la circunvalación de Toulouse también jugamos un rato a esquivar coches que dan volantazo sin mirar.

Pasado esto, más rectas y muchas ganas de llegar a destino y poder comentar lo que han sido estos largos días de viaje.
St.Lys, Lombez, Boulogne, Castelnau... y finalmente la ciudad de Tarbes, a un paso de los Pirineos, y a otro de casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario